Pero, ¿Se puede hacer enoturismo en estos tiempos?… eso os estaréis preguntando.
Pues sí, solo hay que buscar el dónde, el cuándo, las ganas y las medidas de seguridad que en estos tiempos no pueden faltar.
Queríamos celebrar, el Equipo de la Escuela Superior de Enoturismo, la entrada de este nuevo año. Y qué mejor que haciendo Enoturismo que es lo que mejor se nos da y lo que más nos gusta.
Buscábamos una bodega que fuese un referente, que su ubicación y diseño no nos dejase indiferentes, que tuviese algo que mostrarnos, que en definitiva, nos hiciese vivir una experiencia que quisiésemos querer contar a los demás.
Y ese es el secreto, que quieran hablar de ti y emocionar a los demás con lo que tú has vivido.
Y Bodegas Gordonzello nos lo dio.
Con nuestras mascarillas, el número de personas permitidas y las medidas de distancia e higiene requeridas, allí nos presentamos con el olfato, gusto y vista preparados para recibir sensaciones, buenas sensaciones.
Con un pasado muy romántico, nos explican cómo gracias al arrojo de 101 viticultores de la zona, se logró salvar los viñedos del lugar y su variedad Pietro Picudo. Esta gesta hizo que Gondonzello y alrededores, se convirtiera en una región donde la población se asentase para volcarse a las vides y todo ese mundo alrededor de la uva.
Esto se puede palpar desde que entras al pueblo, pues una monumental escultura de La Señora de la Vid te recibe amablemente, escultura de un escultor colombiano que pasó una larga temporada en Gordonzelo… pero esta es otra historia.
El Centro de Interpretación de la Viña y el Vino es otro gran atractivo de Gondonzello y que puedes compaginar muy bien con la visita a la bodega. El edificio ya es magnífico, a sique imagínate el interior.
Pero a lo que estábamos, que con tanto que ver nos perdemos del camino de la bodega.
Jeniffer, la responsable de enoturismo de la Bodega Gordonzello nos recibió, tras contarnos la apasionante y como he dicho, romántica historia dela Bodega, nos mostró sus vinos, sus amables y cuidados vinos.
Llegados a este momento, he de deciros, que tuvimos un poco de privilegio, ser tan pocos en una visita también tiene sus ventajas… copa en mano y acompañados del enólogo de la bodega, nos hicieron partícipes de una cata en rama, algo muy poco usual en una visita a bodega. Como ya os he dicho, todo tiene su lado bueno.
Los matices, los aromas, el gusto, se dispararon. Si podéis hacer una cata en rama os lo recomiendo, se experimentan las verdaderas esencias de la uva, de cada clase de uva, de cada clase de vid, de cada clase de terruño. Es una cata viva.
Una vez que pruebas el vino directamente de la barrica, piensas que ya no vas a volver a sentir lo mismo, pero en este caso, los vinos de Gordonzello no te dejarán indiferente en ninguna de sus fases.
Su Peregrino Alvarín, su rosado Gurdos (con una botella que ya enamora) o su tinto roble Peregrino, son solo algunas de sus variedades que tuvimos el placer de catar y de posteriormente, he de confesar, comprar para uso personal en su preciosa y cuidada tienda, que además ofrecía una exposición de herramientas antiguas de vendimia digna de visitar.
Solo me queda una botella de Burdos Rosado en casa… y porque la he guardado bajo llave para celebrar el comienzo del curso VI Edición Especialista en Enoturismo, que si no… A sí que tendré que volver a Gondonzello o visitar su página Web y sin duda vosotros también debéis hacerlo.
Gracias Bodega Gordonzello por recibirnos tan amablemente, por cuidarnos tan bien y por hacernos sentir experiencias que queramos compartir para que revivan otros.
BODEGAS GORDONZELLO
Alto de Santa Marina, s/n
24294 Gordoncillo – León
987 758 030
Si te ha convencido esta experiencia romántica y segura en los tiempos que corren, déjame tu comentario, estoy desenado leerlo.